ARTE URBANO. EXPRESIONES CALLEJERAS EN LA SAN RAFAEL

Hace unos días entre horas de nuestra usual exploración de redes sociales, dimos con una propuesta que por su rareza y contenido llamó nuestra atención. Encontramos una propuesta honesta entre tanto bazar de moda  de "diseñadores. talento y emprendedores mexicanos", algo que surgió de la mente de alguien en un momento de gran inspiración (gracias por cierto), que aprovecho un excelente espacio disponible para organizar unos de los pocos bazares exclusivos de arte urbano, con excelentes grafiteros, tageros, bombarderos, grabadores y estencileros invitados.

Hemos de confesar que asistimos sin mucha expectativa pero por mucho, cumplió y rebasó lo que imaginábamos. Una gran experiencia que nació de la convivencia y plática directa con auténticos talentos que decidieron, hasta cierto punto, dejar el muro para intercambiar piezas, obra, accesorios y stickers entre creadores, visitantes y quizá un par de medios que nos dimos a la tarea de explorar el lugar y curiosear.

El bazar de arte urbano fue realizado en la actual Casa de la Cultura San Rafael, pero nos sorprendió el uso del espacio, que para nada fue protegido de forma ortodoxa, sino que parte de la convocatoria era participar como expositor y visitante en la intervención colectiva de cada metro cuadrado disponible de la viaja casona de la San Rafael. Si bien suponemos que tienen algún tipo de límite, sabemos que los interiores van y vienen en las viejas construcciones de época, algunos llegan a considerarlos hasta cierto punto patrimonio cultural (Slim sabe de lo que hablamos) pero estamos convencidos que muchas paredes blancas, grises o planas no tienen otro objetivo en la vida que llenarse de cuadros, color y trazos, y fue justo eso lo que se hizo.

Artistas, colectivos, personajes y aficionados participaron en la venta, intercambio e intervención en la casa de la cultura y fue precisamente el trato amable el que destacó en cada un ellos al platicar con nosotros sobre sus propuestas, sus motivos y objetivos; técnicas y orígenes; estilos que dan vida a piezas de arte cargadas de personalidad como de mensaje, desde una relativamente simple camiseta, hasta un sencillo sticker que tiene como función el marcar el objeto del barrio o dejar un absurdo saludo (o no) en medio de la nada. Colectivos con interesantes proyectos de publicación de fanzines que exploran sin ataduras tan distintos temas que es imposible no querer platicar por horas con sus autores. Ilustradores con tan diversos estilos y calidades que es imposible conocer en un sólo día a sus personajes.

La caótica intervención puede desalentar al menos experimentado y quizá enojar al purista de viejos conceptos, pero el arte urbano nace de la calle y en ocasiones como ésta, los artistas urbanos mexicanos nos regalan un pedazo de la misma en la tranquilidad del un muro hogareño bajo el cobijo "institucional". Este bazar no sólo fue una vendimia de diferentes expresiones artísticas como objetos utilitarios, fue un buceo para principiantes en la dinámica callejera en la seguridad de una casona dedicada a la difusión de las artes, sí, poco ortodoxa, pero no menos importante por sus formas. Una auténtica exploración de las expresiones del arte de la calle para curiosos domesticados (como nosotros).

Pinta a pinta y sitcker por sticker, fue llenándose el espacio en blanco, con esos sentimientos entre alarma y placer, quizá una de las sensaciones más arraigadas de nuestra infancia, ese primitivo deleite al ver y sentir rayar un muro, estamparlo con monos, violar la pulcritud social de sus paredes que en esencia no deberían ser rayadas, pero que por unos cuantos días, estuvieron a la disposición pública de hacer con ellos lienzos efímeros de las más diversas expresiones. Mensajes de rabia, lucha, humor y sátira y por qué no, lamentable mediatización, en su gran mayoría originales intervenciones con el único objetivo de encontrarse en ese tiempo y espacio específico para el disfrute colectivo. 

Es asombrosa la riqueza que conceptual y técnica que hay detrás de las firmas, trazos y salpicadas, cargas emocionales hechas símbolo, dibujo; historias que respaldan la trayectoria de cada artista de la urbe, proezas que enaltecen el valor de sus firmas que solo en el submundo de la noche y del barrio cobran sentido, mensajes que para el ojo del "chic@ bien" solo adornan un día más de sus trayectos a la oficina gris, pero que a pesar de no reconocerlo, forman parte del crisol cultural de nuestra sociedad, a pesar de relegarlo década tras década a una forma de vandalismo o arte inferior, el arte urbano evoluciona gracias a jóvenes (y no tan jóvenes) con la tenacidad de tomar un aerosol y el plumón y decidir rayar un muro con una idea y objetivo.

Ese principio trasgresor es el que evoluciona y es curioso notar que quienes toman en serio las rayas, las bombas y el grafiti, comienzan en lo general, a explorar otras técnicas, comienzan por probar la gráfica, también los trazos aleatorios cercanos al impresionimo abstracto sin saber ni pito del tal Pollock; descubrir las cumbres del estilo consagrado sin permiso de la academia, pitorrearse del caballete.

Seguimos caminando y tratamos de captar lo máximo con  el lente y los ojos, intentamos guardar en la memoria el máximo de experiencias en el menor tiempo posible, nuestra estancia se planteó corta pero dedicamos casi 3 horas en saludar y tratar de entender cada una de las propuestas exhibidas y a la venta.

Fue un enorme gusto poder encontrar gráfica de gran calidad, lienzos con técnicas mixtas, playeras, prints, stickers, libretas y hasta pulque, todo esto secuestró nuestros sentidos para admirar y degustar,  (ademas de comprar con excelentes precios a pesar de nuestro limitado presupuesto) en un espacio sui géneris que debe, sin duda alguna, repetirse y replicarse en cada delegación, cada casa de cultura, museo, casona y espacio libre que tenga la verdadera intención de abrir sus puertas al arte emergente.

Los indolentes muros de la academia y la institución deben abrir las puertas a los artistas de la calle, pero no sólo a los de ya recorridos rumbos internacionales por sus pesados currilums vitaes como mediáticos murales, deben abrirse también al tallerista, al talentoso sin expos, al principiante con su primera carpeta, como a los maestros de pequeños talleres; deben tener acceso a más instituciones.Las incólumes paredes deben ser agasajadas con las intervenciones de más y más propuestas, porque el arte sólo tiene sentido cuando es colectivo para y de la comunidad, cuando se contrasta y enriquece con su semejante, para reconocer sus motivaciones y dialogar con la plástica. El arte urbano no es la excepción.

Propuestas como estás afortunadamente rompen con el status quo de la expo institucional, como también con el bazar para gentrificados, proponen un espacio interactivo, cultural y comercial en una dinámica honesta como comunitaria y agradecemos a quienes estuvieron tras bambalinas como su invitación. Seguiremos tratando de enriquecer la difusión para éstos y los talentos venideros, construyendo espacios más democráticos e independientes, pero preocupados por construir desde abajo recordando a cada paso que el futuro de la cultura y las artes se construye organizados.

Por: @gdbuampol