RAFAEL ONTIVEROS. ROMPERSE, INCOMODAR, SENTIR LA PINTURA
“El arte debe ocupar lo más importante porque es la trascendencia del ser. El arte es lo que nos hace superiores a otros seres vivos en la faz de la tierra, es educacional, inspirador, hermoso… es comunicación, es místico… es nuestra historia como seres humanos. Deberíamos darle la importancia a la par de la educación, de comer, de leer, de investigar, de nutrirnos con arte, es lo que nos va a llevar a salir avante en las guerras… El arte da paz, da amor, te lleva a otras latitudes, te hace volar. Es importante darnos el espacio para ver, para sentir cualquier tipo de Bellas Artes que nos generen emociones fuera de las normales, que nos quiten esta pereza de querer hacer todo igual y darnos la posibilidad de generar conciencia a través del arte”.
La anterior, es la percepción de Rafael Ontiveros, Aper. Un artista plástico y explorador visual nacido en Querétaro. Comenzó pintando en las calles a los 16 años; a los 20 tuvo su primera exposición colectiva en la presidencia municipal de Querétaro, la cual lo hizo replantear su trabajo y resolvió que quería exponerlo en espacios dedicados a exhibir obra, alternando con grafitis en las calles.
Su inmersión en el mundo de la pintura comenzó hace aproximadamente 25 años, cuando tenía una banda de punk llamada Expatriados, la cual necesitaba un logotipo que él realizó, pues le gustaba dibujar desde los 8 años. Haciendo este trabajo, se dio cuenta de que tenía facilidad para “rayar”. Poco después, le llamaron mucho la atención las letras “raras” (grafiti) que hacían en las calles unos amigos con los que practicaba skateboard.
Una vez dentro del grafiti, firmaba por todo Querétaro con las letras que hacía (TAG); tenía una pared en la que practicaba todas sus letras y dentro de estas letras fue que encontró sus personajes, los caracteres (en el grafiti se le dice caracter al estilo que él hace) que ahora plasma en su pintura.
“Como yo hacía acuarela desde chico y luego utilicé aerosol, encontré estos accidentes plásticos que me fueron conduciendo e induciendo más a la pintura y a buscar otras técnicas como el acrílico, el esmalte, el óleo, la encáustica y me fui por ahí también. En esta exploración plástica, la pintura fue la que me acogió. Me hice una persona muy experimental, de hecho quemaba los cuadros, les aventaba solvente, hacía unas manchas exquisitas y dije: `!Wow!, cuántas posibilidades hay de hacer una obra gráfica!, entonces me clavé en la pintura”.
Rafael absorbe, licua, cocina y plasma todas las temáticas que surgen en la vida, desde la política hasta lo amoroso, para él pintar es vivir siendo su propio juez. La pintura le da significado a su vida: “Pintar es la apropiación del tiempo demostrándolo en un lenguaje visual, que es el primer lenguaje del ser humano”.
Ha experimentado con infinidad de materiales como: óleo/acuarela, acuarela/aerosol, esmaltes/acrílico, crayolas/acuarela; la técnica mixta es una constante en su trabajo y es allí en donde ha encontrado manchas hermosísimas producto de la propia Química. Su superficie favorita en un principio eran las paredes (cuando hacía grafitis), después cambió a plásticos, metales y cartones.
Sus intereses están enfocados en todas las Bellas Artes para poder crear en función de ellas, pues además de pintar, ha comenzado a realizar videos experimentales y ocasionalmente prueba creando soundtracks de su pintura.
“Pintar me hace muy feliz, me tiene muy enganchado a la vida, es lo que me hace tener los pies bien plantados sobre la tierra. De alguna manera saco todo lo que he guardado durante el camino... Es una manera de liberarme y cuando estás liberado de peso te sientes alivianado, aliviado, feliz; además de que ya han pasado 23 años de que estoy pintando y cada vez estoy más centrado en lo que quiero hacer”.
En este momento se encuentra trabajando en una serie de afiches del cine de época que encontró en un bazar. Le gusta trabajar con papeles, madera, en ocasiones con tela, pero sus favoritos son el cartón (lo encuentra mágico), los papeles viejos y los metales, en sí, las superficies que se reciclan. Declara: “También estoy interviniendo un libro de Aritmética de 1893, este ya es su tercer siglo y el concepto de mi trabajo, en este caso, es darle vida y continuidad a un cuarto siglo”.
Entre la abstracción, el grafiti y lo figurativo, hay una línea de trabajo que le permite lograr lo que está buscando. La relación entre sus obras la podemos encontrar en la caracterización de humanos-animales, humanos-insectos, humanos-fauna, como una metamorfosis de estos elementos, de la naturaleza como tal; sin embargo, a veces disfruta hacer solamente manchas, las cuales son la atmósfera perfecta para incorporar estos elementos.
“Diría que los personajes que hago ya se han apropiado, dentro del tiempo y la historia, del arte en México… entonces lo empiezan a ver más porque hay más gente que lo hace y luego se ponen de moda ciertas tendencias”.
Considera muy importante quebrantar, en ocasiones, su línea de trabajo porque: “Es importante romperse uno mismo para sacar lo mejor. La pintura tiene incluso que incomodar, si no termina siendo un arte decorativo nada más, o no tanto que incomode, pero que te haga cuestionarte. La mayoría de las personas en México dicen: `yo no lo entiendo´, no se trata tanto de entenderlo, sino de sentirlo, sientes las formas, los colores, el formato”.
Para Aper, la inspiración de la que tanto se habla en las Bellas Artes, es una idea más bien romántica: “La inspiración como tal, es un cliché que existe en el mundo de la pintura porque pintar es un trabajo que requiere tiempo, esfuerzo… las diez mil horas que dicen por ahí para lograr la maestría (que ya me las aventé); es algo muy romántico que yo definiría más bien como concepto, y en mi caso, es la representación del tiempo plasmada en un lenguaje visual que se materializa en una pintura, en un mural, en un diseño”.
Entre sus trabajos favoritos se encuentran unos grafitis que hace mucho realizó junto con unos amigos en la Biblioteca Central de Querétaro. Las obras que más le gustan son las que tienen una temática, por ejemplo, la Serie 12:
“Es toda una historia fuerte de una familia que supuestamente había sufrido bullying por parte de los Federales y de los narcos, porque ellos tenían un aserradero. Yo tenía 12 mapas viejos de Querétaro de la Comisión Federal de Electricidad de 1975 y me contaron esta historia mis vecinos, entonces dije: `Voy a hacer Los Mártires del aserradero´. Ya los había terminado y después fui a comprar un arbolito de navidad vivo para que lo plantaran en una maceta y cuando llega el que atendía, me dijo: Ah claro, estos cuates que trabajaban ilegalmente y que ganaron dinero fácil por cortar árboles´. Entonces cambió todo el concepto que tenía de mis vecinos, los terminé pintando como Los 12 Apóstoles”.
Después de la matanza de los 43, pintó al desaparecido 44 y el 45, obras que al tener una temática tan fuerte, quedaron muy guardadas en él.
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“Pinté un cuadro que se llama Aperlandia, es como mi mundo. Vienen allí unas asesinadas y desaparecidas de Juárez, me gusta involucrar muchos temas dentro de mis trabajos y estas obras son las que dicen mucho más que un cuadro decorativo, que un cuadro perfecto hiperrealista, estas traen todo lo guardado, explotan y dicen: `aquí estoy´y hablan como lenguaje visual”.
También le han gustado otras obras como la serie de 30 cuadros que pintó para el libro El Perro de Oventic, del músico y escritor Armando Vega Gil; la serie de 100 pequeños cuadros de Los Aritméticos con la que está trabajando; y algunas obras aisladas, por ejemplo, Especiación, que se fue a Beijin.
Aper pinta, en primera instancia, para conseguir satisfacción propia, sin embargo, su trabajo está hecho para todos los demás, su intención es hacer tangible su introspección. Sus personajes tienen una carga emocional y social de lo que estamos viviendo como sociedad, principalmente en México. La sociedad está implícita en cada trabajo que va terminando, el antecedente de esto, fue su banda de punk, la cual creó para poder manifestarse gritando y haciendo ruido sobre las cosas que estaban mal en el país.
Ha hecho varias donaciones, entre ellas: una obra para una subasta a favor de una casa de migrantes en Querétaro; 6 cuadros para el trasplante de riñón de su maestro Gerardo Esquivel; un cuadro para una Asociación que se dedica a tratar a niños con leucemia; está trabajando una idea para una obra sobre los migrantes para otra Asociación en CDMX.
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Diversos profesionistas y otras personas, le han dicho que sus obras son sanadoras, esto lo entusiasma, pues le gusta poder transformar las cosas negativas en positivas: “La vida es mi trabajo, amanecer y tener el propósito de pintar una obra, ya sea por pedido, por gusto, por desahogo personal, por catarsis, es de lo que más voy disfrutando”.
Rafael considera que en México los apoyos al arte son mínimos, pues en las galerías le cierran las puertas a los artistas, porque no se dan el tiempo para ver y sentir, lo cual es determinante, debido a que el arte debe generar emociones: “El desafío más grande es conquistar el corazón de la gente, que sienta lo que estás haciendo, que se cuestione, que te digan: `¿qué es lo que quieres demostrar con tu trabajo?´”
Hace poco una persona le aconsejó tomarse vacaciones de 4 años sin pintar para replantearse su vida sin la pintura, pues ha sido de entrega total desde los 16 años, a tal grado que se salió de Querétaro y lleva fuera 10 años.
“Fui niño, luego empecé a pintar en la adolescencia, toda mi juventud pintando y ahorita en mi adultez también y con un concepto de transformación. Creo que no va a haber algo que me desprenda de seguir pintando, ya es como mi piel, son como mis hijos todos los trabajos, mis amigos, mis demonios, mi espiritualidad, mi energía, sobre todo mi tiempo, estar acompañándome de todas estas vivencias y experiencias que han ido ocurriéndome en la vida”.
Rafael ha trabajado de forma polifacética, haciendo portadas de libros para algunos literatos; con dramaturgos haciendo escenografías para sus obras; trabajos de diseño elaborando etiquetas para mezcal y cerveza, hasta desarrollar una marca de playeras y administrar toda una galería en Valle de Bravo. Hace murales para casas, hostales, hoteles y eventos de grafiti. También ha realizado logotipos de tiendas, marcas y negocios. Hoy y desde hace tres años también colabora y crea en un proyecto de cerámica en Tlalpujahua.
El lienzo no solo son las superficies planas y los muros, también trabaja en la intervención de muebles, instrumentos musicales y otros interesantes objetos, que lo convierten en un artista de grandes alcances que no se limita a lo convencional de las superficies, llevando su propuesta a más rincones de lo cotidiano, más allá de los muros públicos o privados.
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Por: @Vil_Lidia
Muchísimo potencial Artista nato un gran ser humano
Sus obras plasman la gran secibilidad de un hombre ante la adversidad de la vida,así como la alegría de vivir.
Muy bueno Rafa! Me gustan mucho más las obras últimas que las de antes… se nota la evolución!! A seguir así! Felicidades. Un abrazo!!
Amo tu obra amigo! Ya vendrá pronto una obra hasta Canadá! ???? Mil felicidades! Sigue haciendo lo que tanto te apasiona! La inspiración es tu amiga y bendito sea que nunca te deja, o si te pronto se esconde por ahí, sale a tu encuentro sin más! Un abrazo y espero con ansias mi obra ?